La egresada Julia Canales crea un videojuego para diagnosticar y tratar problemas visuales
Julia Canales, egresada de Ingeniería Informática y Diseño y Desarrollo de Videojuegos, creó, como parte de su Trabajo Fin de Grado, un videojuego que ayuda a diagnosticar y tratar dos problemas visuales: la ambliopía – comúnmente conocida como “ojo vago”- y la diplopía – visión doble.
La antigua alumna creó varios minijuegos a los que se juega utilizando gafas 3D. “Algunos de los elementos son azules y otros rojos, así que, al jugar con gafas 3D, algunos se ven por un ojo y otros, por el otro”, argumenta Julia.
Existen minijuegos en los que aparecen pelotas por la margen izquierda y otras por la derecha. El objetivo es presionar la barra espaciadora cuando dos pelotas del mismo color colisionan. Al jugar con las gafas 3D se pueden identificar problemas visuales, porque, tal como explica Julia, “si has visto todas las pelotas azules, eso indica que el ojo derecho está bien, pero si no has visto ninguna roja es porque el ojo izquierdo tiene algún problema”.
En otros juegos, las pelotas caen desde la parte superior de la pantalla y el usuario tiene que “cazarlas” con una cesta que se desplaza horizontalmente en la parte inferior. También hay minijuegos en los que hay que memorizar y otros en los que tienes que reaccionar cuando aparece un estímulo visual en la pantalla. “Cada uno permite trabajar un área concreta: la movilidad ocular horizontal, la movilidad vertical, la memoria a corto plazo, el tiempo de reacción a estímulos, etc.”, explica la egresada.
Todos ellos comparten la característica de que son sencillos de jugar, para que cualquier persona, incluso niños, puedan utilizarlos. “Si son muy pequeños, los niños quizás no pueden hablar o expresar que no ven bien, pero sí que sabrían jugar al juego y un adulto podría darse cuenta de si tienen algún problema de visión”, argumenta Julia. Además, también razona que el juego no es muy complejo para que no haya dudas de si el usuario está fallando porque no ve bien o porque no sabe jugar.
La antigua alumna defiende que este tipo de terapias pueden servir como complemento a las terapias tradicionales. “Una persona mayor puede entender que tiene que trabajar y hacer ejercicios para mejorar, pero un niño, no. Así que estas opciones son más entretenidas y motivadoras para ellos, especialmente en terapias en las que la constancia es clave”, defiende.
Inicios y futuro del videojuego
“He visto este tipo de problemas visuales en mi casa, porque mi madre tuvo ambliopía de pequeña, no se lo detectaron a tiempo, y después, ya de mayor, tras operarse de cataratas, sufrió diplopía “, cuenta Julia. “A raíz de ver el trabajo de recuperación que tenía que hacer, se me ocurrió esta idea. Hablé con una amiga profesional de la salud y me ayudó a adaptar las terapias tradicionales al videojuego”, agrega.
Realizó pruebas con personas desde 18 hasta 80 años, e incluso con personas con ojo vago. “Así comprobé que el juego realmente funcionaba, porque, efectivamente, este jugador fallaba en aquellos juegos en los que se presuponía que una persona con este problema visual tenía que fallar”, recuerda.
Ahora, una vez presentado el TFG – en el que obtuvo una nota de 9,5 y la felicitación de los miembros del tribunal – Julia se plantea seguir evolucionando la idea añadiendo nuevos minijuegos que permitan trabajar otras áreas. Asimismo, también quiere mejorar los gráficos y aumentarlos de calidad, por ejemplo, cambiando las pelotas que se ven por manzanas o frutas.
El videojuego, además, está pensando para que se utilice de manera constante y los resultados sirvan como muestra del progreso de los pacientes, ya que cada jugador tiene un número identificador y el juego va guardando sus resultados, que luego pueden exportarse a una Excel.
Otro de los puntos fuertes es que es un juego que podría permitirse prácticamente todo el mundo. “He visto que hay cosas similares, pero son videojuegos de realidad virtual y hay personas que no pueden permitirse comprar unas gafas de VR. En el caso de mi juego puedes utilizar hasta las típicas gafas 3D de cartón”, explica Julia.
Estudiar en la USJ
Desde pequeña a Julia le han gustado los videojuegos, pero ni siquiera sabía que existía un grado universitario relacionado con ello. “Vine con mi colegio a visitar la USJ y me apunté al taller de videojuegos. Estuvimos probando y haciendo varias prácticas y me encantó. Volví a casa diciéndole a mis padres que ya sabía lo que quería hacer”, recuerda.
Comenzó a estudiar solo Diseño y Desarrollo de Videojuegos, pero a los seis meses decidió cambiarse y estudiar el doble grado junto con Ingeniería Informática. “Es verdad que por unas cuantas asignaturas más, tienes dos grados y más salidas laborales”, reflexiona.
De sus años en la USJ destaca, sobre todo, la cercanía de los profesores y su dedicación. “Yo me sorprendía, porque si teníamos un examen el lunes y pedías una tutoría el viernes, te la daban y te volvían a explicar todo lo que hiciera falta. Si quieres aprender y no entiendes algo, te van a ayudar en todo lo posible, y eso se agradece mucho”, afirma.
Ahora, con los dos grados terminados, Julia se encuentra en un proceso de descubrir su camino. Le gustaría formar parte de una empresa de videojuegos, aunque tampoco tiene claro si prefiere una empresa indie pequeña o una empresa grande. “Tengo que investigar, porque, hablando con una profesora, me ha comentado que también existen trabajos de gestión de proyectos y organización que se me darían bien por mi manera de ser y trabajar”, destaca.
Así que, por el momento, ha decidido centrarse en crear un porfolio sólido que refleje su trabajo y su talento. De momento, ya ha recibido el primer reconocimiento: ganó el premio a Ingeniería del Futuro en el evento Vive Tecnara 2024.