Un abrazo desde... Zúrich
Cuando estaba en segundo de bachillerato, realizamos una visita a la Universidad de Navarra, donde nos mostraron la vertiente práctica de diversas carreras de ciencias de la salud. Durante esa visita, tuve la oportunidad de interactuar con estudiantes de doctorado de Farmacia que estaban llevando a cabo investigaciones con ratones en áreas como el cáncer, el Parkinson y la depresión. En ese momento, tuve claro que quería estudiar Farmacia. Por casualidades del destino, en 2008, la USJ empezó a ofrecer el grado en Farmacia, el cual ya se encontraba adaptado al plan Bolonia. Así que fue la oportunidad perfecta.
Recuerdo que, durante mis años en la Universidad, las semanas eran muy intensas, con clases por las mañanas y prácticas por las tardes. Básicamente, salía de casa a las 8:00 de la mañana y regresaba pasadas las 21:00 horas. Pero también fue una etapa muy bonita. Aunque éramos una clase pequeña, éramos muy proactivos. Me acuerdo de que en una ocasión decidimos viajar a un congreso de estudiantes de Farmacia organizado en la Universidad de Valencia. Después de las prácticas un jueves, condujimos durante la noche hasta Valencia, ¡e incluso presentamos un póster!
También recuerdo especialmente a Mapi Ribate y Cristina Belén García, mis tutoras en el proyecto fin de grado. Me apasionaba la genética y ellas son unas expertas en la materia. Me animaron a hacer el proyecto sobre farmacogenética y no pude haber estado más feliz de haber trabajado con ellas durante esos meses en el laboratorio.
Cuando terminé el grado en Farmacia, no tenía una dirección clara. Comencé trabajando en una farmacia, pero el día a día no me convenció, así que me mudé a Madrid para trabajar en ensayos clínicos. Después de dos años en esa área, seguía sin estar convencida. Fue entonces cuando decidí probar algo nuevo: trabajar en otro país. Estas primeras experiencias laborales me permitieron conocerme mejor: lo que me gusta, lo que no me gusta y qué tipo de trabajo encajaría mejor con mi personalidad y sería gratificante al mismo tiempo. Gracias a estos aprendizajes, decidí estudiar un MBA y cambiar al área de Marketing.
Así, en 2018, empecé a trabajar en Novartis. Quería trabajar en el extranjero, así que decidí dejarlo todo e irme a la aventura. No fue tan fácil como suena, pero después de meses de estrés buscando trabajo, me llamaron para una entrevista en Novartis. Una vez superé las primeras entrevistas, todo se desarrolló muy rápido. Mi perfil y experiencia encajaron con lo que buscaban, y comencé a trabajar un mes después.
Actualmente trabajo en Marketing, donde soy responsable de la estrategia para el principal producto cardiovascular de Novartis. Para ello, necesito comprender los resultados de los ensayos clínicos de este producto y de los competidores. A través de esta información y los estudios de mercado, puedo definir los puntos fuertes y débiles del producto, identificar al paciente "ideal" y decidir que mensajes importantes quiero hacer llegar a los médicos. Así, uno mis dos formaciones: Farmacia y Marketing.El área de Marketing es el punto de unión entre el equipo comercial y el equipo médico, y tiene una responsabilidad total en las ventas. Es interesante ver la evolución del mercado y cómo la forma de tratar a los pacientes va cambiando lentamente a medida que se aprueban nuevos productos. Parte de mi trabajo consiste en acelerar ese cambio y lograr que los médicos utilicen tratamientos nuevos e innovadores.
De mi vida en Suiza lo que más me ha impresionado son los paisajes. Los Alpes y los lagos son impresionantes. Además, los suizos son muy activos, independientemente de si llueve, hace frío o sale el sol, siempre están haciendo deporte. ¡Nada los detiene!
Yo trabajo desde casa la mitad de los días y la otra mitad voy a la oficina. Después del trabajo, quedo con amigos o practico deporte. El verano es la mejor época del año. Puedo bañarme en el lago o saltar al río Limmat y dejarme llevar por la corriente. El agua está fría, no voy a negarlo, pero ya me he acostumbrado y hasta me baño en invierno.
Lo que más echo de menos de Zaragoza es a mi familia, mi hermana y mis amigos. Aunque, afortunadamente, nos mantenemos en contacto constantemente gracias a WhatsApp.Estoy abierta a volver a España, pero nunca se sabe qué depara el futuro. De momento, creo que vivir y trabajar en Suiza ha ampliado mucho mi perspectiva. He mejorado mi inglés y he aprendido alemán, idiomas con los que me expreso mejor que con mi lengua materna. También he descubierto cómo funciona un país con un sistema sanitario opuesto al que conocía y una mentalidad muy diferente.
A nivel personal, mi marido es de aquí y, a raíz de estudiar un MBA y trabajar en Novartis, he construido mi propio círculo de amigos. Mi estilo de vida ha cambiado por completo. Comemos a las 12:00, cenamos a las 19:00 h., y los fines de semana esquiamos en invierno y hacemos senderismo o vamos al lago en verano.
Guardo muy buenos recuerdos de los años que pase en la USJ. Espero ver a mis antiguos compañeros de clase pronto para celebrar nuestros 10 años de graduados y ponernos al día.
Liebe Grüsse aus Zürich,
Mariajo