Loles Sala, directora de Personas y Cultura en ManpowerGroup, impartió ayer en la Torre DKV una conferencia sobre dirección de personas y retención del talento dirigida a los alumnos del máster de Formación Permanente en Dirección y Gestión de Empresas.

Comenzó dejando claro que todas las personas somos “aprendices permanentes” que debemos tener “capacidad y curiosidad por aprender en cualquier contexto”. También destacó la importancia de la motivación y aseguró que cualquier persona puede conseguir sus objetivos si trabaja con “esfuerzo, constancia y resiliencia”.

Después, pasó a explicar varias tendencias que impactarán en los próximos años en cualquier compañía: los cambios demográficos, las preferencias individuales, la adopción tecnológica y los motores de competitividad.

Sobre los cambios demográficos, compartió datos como que, en 2025, “el 27% de la población activa será generación Z”. En este contexto, advirtió de que esta generación tiene prioridades distintas a la hora de elegir dónde trabajar, como el compromiso con el cambio climático y las políticas claras de diversidad, equidad e inclusión. “Tenemos que estar preparados y saber qué quieren, cómo podemos comprenderles y darles lo que necesitan”, declaró.

También explicó que “en 2030, más de 8,7 millones de profesionales en España tendrán entre 55 y 66 años”. Así pues, en las compañías trabajarán perfiles “muy diferentes” y las empresas tendrán que pensar “qué les une a todos”, pues esta es “la única manera de hacer de la diversidad una oportunidad”.

Por lo tanto, Loles Sala subrayó la importancia del learnability, es decir, de la capacidad de aprender en un entorno permanentemente en cambio. “En especial, tenemos que entrenar la capacidad de comprender el comportamiento humano y la capacidad de generar vínculos emocionales con las personas. Estas dos habilidades moverán el mundo”, aseguró.

Más adelante, respecto a las preferencias individuales, mostró datos como que “el 41% de los millennials quieren mejorar el balance entre vida personal y profesional” ; que “el 29% de los profesionales afirman que le gustaría que su jefe entendiese mejor el esfuerzo que requiere realizar sus funciones” o que “el 57% de los profesionales buscan sentirse realizados y no solo promocionados”. Se trata de aspectos que, según la experta, las empresas tienen que comenzar a tener en cuenta para escuchar las demandas de los trabajadores.

En cuanto a la adopción tecnológica, dejó claro que “la tecnología va a invadir todos los puestos y hay que estar preparado”, aunque abogó por “rehumanizar y no deshumanizar para seguir conectados”. En ese sentido, Loles Sala explicó que hay que buscar qué modelos híbridos encajan con cada empresa, ya que, a pesar del teletrabajo, “la mayoría de las personas quieren tener interacción social, y la presencia física genera una colaboración más eficiente y provoca más posibilidades de promoción”.

Por último, sobre los motores de competitividad, destacó que “un 75% de las empresas de todo el mundo tienen dificultades para encontrar el talento que necesitan”. Las entidades tienen que “arriesgarse y salirse de la zona de confort” y deben plantearse si prefieren tener “mucha rotación o ser muy buenos atrayendo talento por ser una compañía donde la gente quiere trabajar”. Así pues, anima a que las empresas se pregunten qué están haciendo para ser atractivas.

Tras detallar estas cuatro tendencias, mencionó la importancia de la “experiencia del empleado”, que definió como “el conjunto de emociones y percepciones que una organización y un líder provoca en cada persona, en cada punto de contacto con ella y que determina su nivel de satisfacción y compromiso”. Loles Sala aseguró que “las empresas que invierten en esto son cuatro veces más rentables”.

Para concluir, la experta opinó que para ser un buen líder “hay que ser humilde, honesto, hay que cuidar y querer, hay que mostrar el propósito de cada uno, tener pasión por lo que se hace, contagiarla y ser valiente”.