Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el grado en Psicología de la USJ organizó una Jornada Técnica centrada en el abordaje psicológico de la violencia de género impartida por Violeta Lasheras, psicóloga en atención a víctimas de violencia de género en el Servicio de Mujer e igualdad del Ayuntamiento de Zaragoza, y Elena Cortés, jefa de unidad y responsable del programa de atención integral a la violencia de género, en el Servicio de Mujer e igualdad del Ayuntamiento de Zaragoza.

Elena Cortés comenzó explicando de dónde viene, a qué llamamos violencia de género y por qué ocurre. “Es un problema social y estructural que existe en todos los países del mundo. Es un problema que han tenido las mujeres de todo el mundo, desde hace siglos, y lo siguen teniendo”, declaró

También expuso la diferencia entre sexo – “que hace referencia a los aspectos biológicos” – y el género – “que es la forma en que todas las sociedades del mundo determinan las funciones, actitudes, valores y relaciones que conciernen a hombres y mujeres”-. En este sentido, argumentó que el género es lo que provoca que determinadas cargas, como el cuidado de la familia, se hayan puesto tradicionalmente en las mujeres.

Posteriormente, Violeta Lasheras interactuó con los estudiantes para desmontar mitos sobre la violencia de género. Frente al mito “no es para tanto, son casos aislados”, la psicóloga compartió que “los expertos dicen que solo se denuncia un 10% de los casos”, o frente a la afirmación “hay muchas denuncias falsas”, explicó que “los estudios indican que es uno de los ámbitos con menor porcentaje de denuncias falsas: por debajo del 0,2%”.

También presentó conceptos como el ciclo de la violencia: en el que existe una primera fase de acumulación de tensión, seguida por la explosión de violencia y, finalmente, por la fase de luna de miel en la que el agresor se arrepiente y promete no volver a hacerlo. “La última fase acaba desapareciendo y las mujeres solo sufren las etapas de tensión y explosión. Así, puede instalarse en la mujer la indefensión aprendida, esto es, la sensación de que haga lo que haga va a estar mal”, argumentó.

Asimismo, compartió con los alumnos señales de alarma, características de las víctimas y las consecuencias para la salud en las mujeres: malestar emocional o trastorno psicológico generalizado como ansiedad y depresión, trastorno de estrés postraumático, trastornos cognitivos, trastornos en las relaciones sociales, etc. “Cuanto más severo es el maltrato, mayor impacto en la salud física y psicológica. Las consecuencias persisten incluso cuando el maltrato ha desaparecido”, afirmó la psicóloga.